En estos días pasados hubo la conferencia sobre medio
ambiente en México, para que 194 países lleguen a acuerdos que permitan
controlar, los daños del calentamiento global. Los acuerdos que se persiguen
son de índole financiera, de adaptación, tecnología y conocimiento de la selva
y se requiere que las acciones puedan ser medibles, reportables y
verificables. Estos acuerdos y promesas, según los informes generales,
son un “tímido paso” aún, pues falta la acción para llevarlos a cabo.
Y, por qué es que la acción se demora?
Porque hay intereses monetarios que están más fuertemente desarrollados, que la
conciencia sobre las urgencias del medio ambiente. Los acuerdos se hacen, pero
estos acuerdos son siempre basados en el interés humano, tan simples como tomar decisiones correctas e elejir bien la decision que vayamosa tomar. Algo así como “ te doy
esto, a cambio de destruir esto otro…” no hay acuerdos de conciencia desde la
necesidad del planeta, que es la casa de todos, sino desde cuánto me va a costar,
cuánto voy a ganar, cómo podemos hacer para que parezca algo mejor, etc.
Falta lo esencial: el amor hacia la Naturaleza. Es
decir, falta lo esencial, lo más simple: el amor.
Igualmente con los animales, el otro día se publicaba
en Facebook un artículo que mostraba cómo una comunidad desangraba a un toro
vivo, todos alrededor del pobre animal agonizando, miraban como si nadie
tuviera nada que ver con esto. Y entonces las personas que están a cargo de la
Protección Animal local, protestaban porque “no se debería dejar que los niños
observen estos actos”. Como que la presencia de los niños es lo crucial aquí.
Cada padre decide qué enseñarle o no a sus hijos, depende de su cultura, de su
posibilidad, de su sensibilidad. El padre salvaje que tortura animales, le
enseñará a sus hijos que hacer eso es perfectamente normal, porque su nivel de
conciencia no le permite poder visualizar algo mejor. En esos casos la
cárcel para este tipo de personas es inminente, ya que no van a escuchar ningún
argumento que pueda hacerlos cambiar. Y lo que importa es el cambio.
Si estamos en defensa de los animales, el
argumento principal debe ser que a los animales se les respete y no se les
torture, y si no es por las buenas, entonces por medio de prisión al que
lo haga, y las leyes severas tomadas en serio, harán que las personas
ignorantes aprendan de alguna forma a que eso no se puede hacer. Irnos por la
tangente, conseguir una serie de papeles y “acuerdos” son “tímidos pasos”, que
puede ser que no lleguen a nada o que lleguen a cubrir un mínimo porcentaje,
casi imperceptible, de lo que es necesario. Y la conciencia de las personas
sigue igual.
Los acuerdos que se hacen para controlar el daño al
medio ambiente, se basan en dinero, multas, tasas que se deben pagar por la
huella de carbono que cada uno emite. Los tickets aéreos deberán costar más, ya
que se “paga” la huella de carbono emitida al viajar. Ese dinero que se
recibirá por haber causado la huella de carbono, irá dirigido a poder dar
energía y alimentación a personas pobres y en riesgo. Pero la huella de
carbono, sea pagada o no!, es emitida. Y no es borrada! No es controlada! Y esa
es la que está destruyendo a nuestro mundo.
El argumento de base, lo simple, el meollo del
asunto, se convierte en algo por lo que hay que pagar para seguir haciéndolo.
Se convierte por lo tanto en un negocio que administrar… No se elimina lo que
no se debe hacer. Por eso es que los acuerdos sobre el cuidado al medio
ambiente y a la Naturaleza no llegan a nada, porque la conciencia del hombre no
cambia, porque los intereses económicos relacionados con esto hace que no se
enseñe o, en su defecto, se obligue a las personas a cambiar.
Es necesario que sigan las guerras, aunque miles
mueran y vivan injusticias, porque el poder económico usufructúa de ellas. Es
necesario que se sigan descuartizando animales porque casi todos los negocios
del mundo usufructúan con sus cuerpos. Es necesario que siga la contaminación
al medio ambiente, porque ya se está convirtiendo en un negocio, pues pagando,
parece que se puede seguir haciendo. La misma necesidad que tenemos los humanos para informarnos sobre que producto comprar o qual elejir (lo podéis ver en http://blogs.uab.cat/cualcomprar)
Las acciones de personas generosas y conscientes que,
en realidad, quieren contribuir para crear un cambio, son muy pequeñas en comparación con las acciones de las personas, con poder, que podrían hacer
realidad este cambio, en forma más sostenible. Donde hay dinero y poder, no se
quiere cambio, se quiere que se siga generando el dinero y el poder, no importa
si es a costa de la vida de las personas, de los animales o de nuestra única
casa: la Tierra. Qué equivocados que estamos, cuánto debemos todavía
comprender! Cuál será el camino?
No hay comentarios:
Publicar un comentario